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Tipos de apego: Cómo los cuidados que recebiste en la infancia impactan en tus relaciones

Actualizado: 27 mar

Mão de uma mãe segurando a mão do seu bebê
El vínculo parental comienza en los pequeños gestos. Descubre cómo los diferentes tipos de apego influyen en nuestras relaciones a lo largo de la vida.

La Teoría del Apego, desarrollada por el psicólogo John Bowlby y ampliada por Mary Ainsworth, fue fundamental para entender cómo nuestras experiencias en la infancia moldean nuestras relaciones a lo largo de la vida. Bowlby describió cuatro tipos principales de apego: seguro, ansioso-ambivalente, evitativo y desorganizado.

En este artículo, exploraremos las principales características de cada tipo de apego durante la infancia y la vida adulta a partir de cómo el niño se siente con sus cuidadores y cómo esto se refleja en las relaciones amorosas que viene a tener en la vida adulta, respectivamente.


Apego seguro


  • Durante la infancia:

    • Se siente seguro y cómodo en presencia de sus cuidadores.

    • Recibe atención consistente y responsiva de sus cuidadores.

    • Es alentado a explorar y ser independiente.

    • Recibe consuelo y consuelo cuando está angustiado.

    • Tiene confianza en que sus cuidadores estarán allí cuando sea necesario.


  • En la vida adulta:

    • Forma relaciones saludables y equilibradas.

    • Confía fácilmente en las personas y se siente cómodo con la intimidad.

    • Busca y ofrece apoyo emocional de manera equilibrada.

    • Maneja bien la separación y la independencia dentro de las relaciones.

    • Tiene alta autoestima y una visión positiva de los demás.


Apego ansioso


  • Durante la infancia:

    • Tiene cuidadores inconsistentes en la respuesta a sus necesidades (a veces responsivos, a veces negligentes).

    • Se siente inseguro sobre la disponibilidad de los cuidadores.

    • Experimenta altos niveles de ansiedad en relación con la separación de los cuidadores.

    • Busca constantemente la atención y la aprobación de los cuidadores.

    • Es extremadamente dependiente de los cuidadores para su consuelo.


  • En la vida adulta:

    • Tiene miedo de ser abandonado y busca validación constante en sus relaciones.

    • Puede ser visto como necesitado o dependiente.

    • Se siente inseguro y ansioso sobre la reciprocidad del amor de los demás.

    • Tiene dificultad para confiar completamente en las parejas.

    • Puede reaccionar de forma exagerada a conflictos o separaciones.


Apego evitativo


  • Durante la infancia:

    • Tiene cuidadores emocionalmente indisponibles o rechazantes.

    • Aprende a suprimir las emociones y a depender de sí mismo.

    • Evita buscar consuelo o apoyo de los cuidadores.

    • Se siente incómodo con la proximidad emocional.

    • Es alentado a ser independiente prematuramente.


  • En la vida adulta:

    • Prefiere mantener distancia emocional en las relaciones.

    • Tiene dificultad para confiar y abrirse a los demás.

    • Evita la intimidad y puede parecer desapegado o frío.

    • Valora la autosuficiencia y la independencia.

    • Puede tener dificultad para lidiar con emociones y situaciones de vulnerabilidad.


Apego desorganizado


  • Durante la infancia:

    • Tiene cuidadores que son impredecibles o atemorizantes.

    • Experimenta miedo y confusión en relación con los cuidadores.

    • Tiene dificultad para entender o predecir las respuestas de los cuidadores.

    • Muestra comportamientos confusos o contradictorios en relación con los cuidadores.

    • Se siente inseguro y ansioso en entornos familiares.


  • En la vida adulta:

    • Muestra comportamientos impredecibles y confusos en las relaciones.

    • Tiene dificultades significativas para mantener relaciones estables.

    • Puede mezclar respuestas ansiosas y evitativas.

    • Se siente frecuentemente inseguro y desconfiado en relación con los demás.

    • Lucha con la regulación emocional y puede tener un historial de traumas.


Comprender los tipos de apego puede ofrecer valiosos conocimientos sobre nuestros propios comportamientos y relaciones. Identificar tu tipo de apego y reflexionar sobre sus orígenes en la infancia puede ser el primer paso para desarrollar relaciones más saludables y equilibradas en la vida adulta. Si te reconoces en alguno de estos patrones y deseas cambiar, considera buscar el apoyo de un profesional de la salud mental.



 
 
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