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¿Sufres de insomnio? Tu descanso puede empezar por la psicoterapia

Te metes en la cama agotado/a, pero el sueño simplemente no llega. O incluso consigues dormir, pero te despiertas varias veces durante la noche sin lograr descansar de verdad. Te levantas cansado/a, irritable, con dolor de cabeza, y todo parece más difícil al día siguiente.

silhueta de mulher sentada na cama
"El insomnio no siempre es solo falta de sueño. A veces es tu mente pidiendo ayuda. Escucharla puede ser el primer paso hacia un descanso real."

Si esto te ocurre con frecuencia, merece la pena prestar atención a lo que tu mente está intentando comunicar. Los problemas de sueño rara vez son únicamente físicos. Muchas veces son el reflejo de una acumulación de emociones, preocupaciones y patrones mentales que necesitan ser escuchados y elaborados — y la psicoterapia puede ser el espacio ideal para ello.



¿Cuáles son los perjuicios que puede causar el insomnio?

Dormir mal de forma habitual no es solo estar cansado/a. Es acumulación de agotamiento, irritabilidad, dificultad para concentrarse, cambios de humor, problemas de memoria e incluso un aumento en la sensibilidad al dolor.

Con el tiempo, el insomnio puede causar diversos problemas, ya que la falta de sueño afecta al sistema inmunológico, al equilibrio hormonal y a la forma en que el cerebro procesa las emociones. Todo empieza a pesar más. Las tareas simples requieren más esfuerzo. Las relaciones se resienten. El cuerpo lo nota. La mente grita.


¿Qué puede aportar la psicoterapia?

Durante el proceso terapéutico puedes aprender a identificar qué está detrás de tus dificultades para dormir. Junto con el/la psicólogo/a, es posible:

  • Reducir la ansiedad y los pensamientos acelerados que aparecen por la noche;

  • Trabajar el estrés acumulado que no se "apaga" ni siquiera cuando intentas descansar;

  • Abordar miedos, pérdidas, preocupaciones o traumas que están afectando a tu cuerpo sin que seas del todo consciente;

  • Crear rutinas saludables de sueño y desarrollar estrategias para relajarte;

  • Volver a confiar en tu cuerpo y en tu propio ritmo de descanso.

No se trata solo de dormir, sino de calmar la mente, desacelerar el corazón y permitirte un descanso reparador.


Dormir bien es un derecho, no un lujo

No se trata solo de dormir. Se trata de descansar con ligereza, despertarte con energía y vivir con mayor presencia. Tu sueño es un termómetro de tu bienestar. Cuidarlo es cuidarte.

Si sientes que estás cargando con todo incluso en el momento de irte a dormir, quizá ha llegado el momento de buscar un espacio donde poder soltar parte de ese peso.

Tu descanso es sagrado — y puede (re)comenzar con un solo paso.



 
 
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